Estas son las notas que uno como profesional tendría que hacer con la cabeza, disculpas por la falta de profesionalismo, en esta habla el corazón.
Y sí, se nos fue un gran tipo, amado por todos y cada uno de sus alumnos y jugadores, se nos fue un amigo muy querido, se fue un padre espectacular, un esposo enamorado de su «Rubia» y sí, es parte de la vida, pero cuando se van estos tipos el vacío es sin fondo.
Mientras escribo la angustia se acrecienta, fuiste un tractor que llevaste el hándball a cada rincón de San Rafael y después lo desparramaste por el país con cada representación del departamento, títulos, alegrías, pero lo mejor un camino a seguir, dejaste la huella para un motón de pibes y pibas, pero por sobre todas estas cosas que para un mortal son complicadas, fuiste un gran tipo, con un tremendo corazón y esa alegría que le sacaba una sonrisa hasta a las piedras.
No se puede seguir, la cabeza podría, el corazón necesita un parate, simplemente gracias por todo «PATÓN», el cielo seguro se desorganizó un poco cuando llegaste, pero seguramente ya habrás organizado un Karaoke con Gustavo Cerati y tu voz nos va a llegar siempre, entonando algún tema de Soda.
Las condolencias a tu querida familia, amigos, alumnos, colegas y cada uno de los que te conoció y que estoy seguro, al enterarse de tu partida se le hizo un nudo en la garganta.