Independiente se lo dio vuelta 2-1 a Godoy Cruz y volvió a ganar en Mendoza después de 50 años. Bolado, en contra, y Romero, de penal, los goles del renacido equipo de Berón.
La partida de Beccacece tuvo un efecto revitalizante en Independiente y, todo lo que hace algunas semanas no salía, por impericia o mala suerte, ahora se le da. Este sábado arrancó perdiendo en Mendoza contra Godoy Cruz, al que jamás en la historia le había podido ganar de visitante, pero lo dio vuelta 2-1 y sumó su segundo triunfo al hilo tras el clásico con San Lorenzo. Así, rompió una mala racha de 50 años sin victorias en la provincia del mejor vino.
De entrada estuvo inconexo el Rojo, como apurado. Como en la Play, Benítez y Cecilio cargaban de más el disparo y las pelotas iban a la tribuna. Y el Morro García, que siempre está al acecho de alguna bola, mandó a guardar de cabeza la primera que tuvo, tras un buen centro de Aleo.
Independiente fue creciendo de a pasitos, de la mano de Domingo Blanco, pero le faltaba afinar los pases en el último cuarto de la cancha, como para que Romero tenga alguna nítida: en la que tuvo, casi sin ángulo, también naufragó.
Sin embargo, la historia se le aclaró en el arranque del complemento, merecidamente por la búsqueda, pero con grandes implicancias de Godoy Cruz. El empate llegó tras una carambola que terminó metiendo en contra el arquero Bolado, y cinco minutos más tarde Romero lo dio vuelta 2-1 desde los 12 pasos, después de un artero codazo de Cardona, que se fue expulsado.
Con uno más, el Diablo manejó bien la ventaja en el marcador y en la cancha, e incluso pudo convertir algún gol más, como el tiro libre que Bolado le sacó a Cecilio Domínguez. El equipo de Berón se sacó el karma mendocino, sumó confianza y sube en la tabla. Vino Rojo nomás.
Fuente: Olé
