El equipo de Guillermo Barros Schelotto debuta en el torneo que representa su mayor desafío.
Para el Boca de Guillermo Barros Schelotto llega la hora de la verdad. Es que la Copa Libertadores es la gran obsesión de sus hinchas, y esta noche el xeneize dará el puntapié inicial con su presentación en Perú, donde enfrentará a Alianza Lima desde las 21.30 (Televisa Fox Sports)
«Hemos hablado hace poco con el plantel sobre lo que significa jugar la Copa Libertadores con Boca, sobre la presión que hay que soportar porque todos te consideran favorito y también les conté de la sensación inigualable que es llegar a un Mundial de clubes con esta camiseta. Me tocó hacerlo tres veces y eso que sentí fue difícil de igualar». La voz de Guillermo Barros Schelotto, ante Clarín, justo en la antesala del estreno de su equipo en la Libertadores, no esconde nostalgia.
Lejos de eso, se trata de un desafío para él y los suyos, que van detrás de la séptima Copa que desde hace una década el club busca con obsesión. Fueron palabras que se repitieron puertas adentro en las últimas horas y que encontraron eco en la figura de Carlos Tevez, único del plantel actual que sabe lo que es levantar el trofeo más importantes de todos con la camiseta azul y oro. Sólo él y Guillermo, claro, entienden de lo que se habla. Es que hace 15 años, juntos, golearon al Santos para sumar la quinta LIbertadores. A fin de ese año, se volvieron de Japón con la Copa Intercontinental junto al Virrey.
En junio de ese 2003, Agustín Heredia recién se imaginaba lo que sería entrar a primer grado. En Mendiolaza, su Córdoba natal, el chico que hoy por la noche será titular en el estreno de Boca soñaba con hacer goles. Al pibe que en Quilmes de Allende jugaba como nueve de área los años y su altura lo llevaron a la defensa. Así llegó a Boca. Y un especialista en el puesto, el Flaco Schiavi, lo pulió. Goles en el Superclásico de Inferiores y en partidos que tenían los ojos del Mellizo (o de Gustavo y Ariel Pereyra) lo llevaron a su primera pretemporada.
Hoy, con apenas un amistoso en el equipo mayor, formará en la zaga con Santiago Vergini, quien entrará por el averiado Paolo Goltz (sinovitis en la rodilla izquierda).
Los cuidados sobre el aductor izquierdo de Magallán (en otro contexto, sin River en el horizonte, hubiese jugado) decidieron a Guillermo para poner a Heredia como titular. Entonces, el 11 de memoria pensado para el debut de esta noche quedó diluido, con ausencias sensibles en la defensa, en el medio (Nandez está suspendido) y con Tevez entre algodones. En la mitad de la cancha, Buffarini estará de titular y Reynoso deberá conectar las líneas para Pavón y Cardona.
Boca no llega de la mejor manera al estreno, pero en la Superliga domina con margen y en el calendario suma 445 días en la cima del fútbol argentino. «Es una virtud de los jugadores y del armado del plantel el hecho de haber mantenido los resultados pese a las lesiones. Las ausencias de los jugadores clave se notan, pero el equipo debe sobreponerse a eso», analizó Guillermo, a quien esta Copa le genera «ilusión y compromiso».
El escenario lo describen estos apellidos: Gago, Benedetto, Pablo Pérez y Goltz, jugadores de jerarquía y titulares. Boca, hoy, no tendrá a ninguno para enfrentar al campeón peruano. La Copa se trata también de esto. Guillermo fue claro: «Vamos a trabajar cada partido con la misma seriedad. Es un grupo complicado, con equipos fuertes de local y que tienen ambiciones similares a las de Boca. Nosotros debemos imponer nuestro juego y adaptarnos a los obstáculos que la Copa nos va poniendo».
Ante una multitud (habrá 40.000 personas esta noche en el estadio Nacional), con un puñado de hinchas de Boca alentando en la tribuna y un equipo remendado pero con el compromiso de siempre, Boca arranca su sueño otra vez. Va por la conquista de América y advierte a todos desde ese parche que tendrá en la camiseta al lado del escudo, ese que muestra un 6 bien grande. Son las Libertadores que tiene. Quiere otra.
Fuente: Clarin
