La Argentina no pudo con Chile al igual que en el 2015, durante el partido no hubo goles ni un claro dominador, pero la selección chilena tuvo mayor actitud ganadora y finalmente se llevó la Copa por penales.
La selección nacional dejó pasar otra oportunidad, Higuain volvió a fallar una chance clara, como en el Mundial anterior, su remplazante Aguero la nada misma, como en el Mundial, Messi luego de un buen comienzo, fue absorbido por la férrea marcación chilena y cuando progresaba lo paraban con infracción, Banega de lo mejorcito de mitad hacia adelante por su claridad, Di María muy poquito, casi nada y los demás lo de siempre, la fortaleza de la defensa y el alma de Mascherano que es el estandarte de esta selección, que dejó pasar otra oportunidad de levantar una copa.
Chile se vuelve a llevar el premio al mejor sin demostrarlo en la cancha, o en el resultado de los 120 minutos, los penales le alcanzaron para sumar su segunda copa América. Ahora desde lo táctico y desde lo anímico, fue superior al equipo de Martino y eso fue suficiente.
Hace 23 años que un seleccionado argentino no gana algo, se acostumbró a perder finales, con los mejores del mundo, para muchos, se vuelve a quedar con las manos vacías. Y si, ganar o perder no es lo mismo, ahora, menos perder jugando mal, frente a Chile, queda la impresión que no se respondió desde lo anímico, no solo la falencia fue futbolística, sino también de carácter.
Por Fabián Segura/Toquedeportivo.com
Foto: Olé.com.ar