Foto: gentileza Andrés Arequipa/Saltoinicial.com
El básquet de Mendoza vivió un triste y decepcionante momento en el encuentro entre General San Martín y Banco Mendoza “B”, por el título de la A3. Los disturbios fueron la principal consecuencia de la suspensión del partido.
Una vez más, el básquet de Mendoza sufre la violencia dentro de las canchas. Un espectáculo que prometía un buen juego, no cumplió con las expectativas. Lo basquetbolístico una vez más quedó de lado, cuando el reloj marcaba los 2’ 27’’ para la culminación del primer cuarto. En ese momento, las cosas pasaron la intención y llegaron al nivel de la agresión. Banco Mendoza jugaba estaba en ofensiva, y en una jugada Adrián Juri e Ignacio Díaz chocaron y el jugador Verdinegro terminó con un corte en su ceja izquierda. En el momento en que el jugador de Banco Mendoza se dio cuenta del sangrado, reaccionó balanceándose hacia el rival. El primero en reaccionar para separar fue Nicolás Prieto, quien en el primer intento recibió un cabezazo de Juri en la nariz, dejándolo en el piso.
Sin ninguna intención de tranquilizar las cosas todo el plantel de Banco Mendoza “B”, incluido los jugadores suplentes, entraron al campo de juego protestando a la terna arbitral, sobre la agresión recibida por el compañero. Fue un momento lleno de agresiones verbales, hasta que intervino la policía que entró a separar y calmar la situación.
Una vez calmada la situación, la terna arbitral decidió descalificar al jugador Nicolas Prieto, en General San Martín y a Maximiliano Barbera en el Verdinegro. Además penalizaron a Banco Mendoza con una falta técnica por el enfrentamiento, y todo miembro del banco fue descalificado por abandonar durante el enfrentamiento dicho lugar.
Cuando le comunicaron al entrenador del equipo visitante que los miembros del banco de suplentes debían retirarse del estadio y que Maximiliano Barbera fue descalificado, el jugador encaró al juez Matías Sosa. Nicolás Reig manifestaba que la decisión era errónea y luego de empujones e insultos, Sosa recibió un escupitajo en su cara por parte del jugador descalificado (Barrera). En ese instante, los jueces fueron retirados del estadio Juan De Casas custodiados por la seguridad contratada, confirmando la suspensión del encuentro.
Los conflictos siguieron. Los protagonistas no quisieron dar declaraciones, sin embargo el público presente fue testigo de lo sucedido. Lo que más llamó la atención, es que en el campo de juego no había ningún representante de la Federación de Básquet de la provincia de Mendoza. Una pena teniendo en cuenta que sí o sí, había un campeón de A3. Nos preguntamos, si hubiese estado algún directivo federativo, ¿habría sido otro el final? la verdad, nunca lo sabremos. Lo que podemos afirmar es que la violencia una vez más reinó en el básquet, mas allá de que ninguna persona haya sufrido lesiones. El que si sufrió graves lesiones una vez más fue el basquetbol de Mendoza.