Después de unos días turbulentos, Boca goleó 4-1 a un Central Córdoba que por momentos lo puso contra las cuerdas. Doblete de Orsini, Vázquez y Zeballos, los goles. El campeón arrancó derecho en la Copa Argentina.
Orsini se pierde uno, dos, tres, cuatro goles. Salvio, otro par, incluido uno mano a mano con el arquero Giroldi. Óscar Romero se lo come con el arco vacío tras un regalo de Bogino. A Figal le falla la puntería después de ganar en las alturas. A Ávila lo voltean en el área y al árbitro Baliño le da cosa cobrar un penal a favor de Boca contra un rival de la Primera C, entonces hace la vista gorda. Así, luego de unos días muy agitados entre Almendra, Varela, Battaglia y Benedetto, al campeón defensor Boca le tocó sufrir un buen rato para superar a Central Córdoba de Rosario, construir la goleada 4-1 y avanzar a los 16avos. de la Copa Argentina.
Si Salvio y Orsini hubieran acertado más que una chance de gol entre los dos durante el primer tiempo, Boca podría haberse ido al descanso con una goleada. Se movieron bien, tiraron diagonales, ganaron una y otra vez en el mano a mano con los defensores rivales. Y recibieron. Porque Óscar Romero hizo honor a su ídolo Riquelme, alimentó a la dupla de ataque con pelotas que los dejó mano a mano con Giroldi, que se fue convirtiendo en figura.
Pero con un mediocampo más de juego que de marca, los defensores muchas veces quedaron expuestos, mano a mano, sin la protección habitual que deben dar los volantes. Y así, el lateral izquierdo Ríos pudo lanzar un centro sin oposición y encontró la cabeza de Di Vanni para poner el sorpresivo empate 1-1.
En el arranque del segundo tiempo, la actitud de Boca fue otra. Entraron Velurtas por Mancuso y Medina por Rolón, y quedó Pol de volante central. Romero se juntó con él para manejar la pelota. El equipo se paró más adelante y arrinconó a su rival en su área. Lo fue desgastando y comiéndole las piernas. Eso sí, siguió desperdiciando oportunidades con los mismos protagonistas. Hasta que Orsini acertó de nuevo y a los 21 minutos puso el 2-1.
Con la nueva ventaja, pese a alguna meseta similar a la que muestra la formación titular cuando convierte, Central Córdoba no volvió a reaccionar. Luis Vázquez, que entró por Salvio, tuvo una y no falló: liquidó el partido a los 35 minutos con un derechazo cruzado tras control de pecho en el área. Y al final, de penal, llegó el cuarto de Zeballos para completar la goleada. ¿Y traer algo de alivio y tranquilidad?
Fuente: Olé
