Boca le ganó bien a Junior por 1-0 con gol de Pavón pero debió haberlo liquidado. Wanchope tiró un penal a las nubes y los colombianos casi se lo empatan.
Boca no debió sufrir. Porque el equipo se mostró dominador del juego en base a la buena conexión que generan los pies de Bebelo Reynoso y el desequilibrio de Pavón (en especial en el primer tiempo). Porque sumaron las proyecciones de Mas, porque Pablo Pérez estaba fino y porque Wanchope se asociaba a todos pero… Pero la noche que pintaba como ideal para disfrutar se fue complicando sola. La precisión en velocidad de Pavón en el primer tiempo alcanzó para dejar bien en claro que Boca era más. Si bien a Espinoza le costaba aportar, el equipo estaba sólido en todas las líneas. Claro que un gol siempre es una diferencia muy corta.
La necesidad y cierta baja en el ritmo del equipo de Guillermo le abrió espacios a un Junior que tuvo sus intentos de resurrección. Hasta Teo Gutiérrez pudo alimentar su personaje de enemigo público de los hinchas de Boca pero su definición se fue muy cruzada.
Bebelo más intermitente pero activo, con Barrios tratando de retomar el control, Boca volvió a mostrar sus buenas sociedades. Y así llegó una buena jugada por izquierda que Wanchope transformó en penal. Abila se paró como para vestirse de mega ídolo pero su penal se fue a la cancha de Junior… Y otra vez a sufrir. Con Bou y Cardona en cancha, el buen partido no pudo ser coronado con otro gol pero sí se retomó el control.
A este Boca le viene pasando seguido. En el torneo ya van dos partidos que un gol agónico les trae paz (uno para empatar y otro para ganar), sumado al dolor por la derrota con River, era tiempo de parar de sufrir. Con un buen triunfo en la Copa Libertadores para soñar con el doble objetivo.
Fuente: Olé
