Después de jugar en Jaguares, los jugadores se vistieron de Pumas para enfrentar a Italia en Santa Fe. Con algunos pasajes de buen rugby y otros de sufrimiento, la Selección venció 30-24.
Italia era una incógnita. No se esperaba que jugara como los All Blacks, por cierto, pero al ser éste el primer partido bajo la dirección de Conor O’Shea, el plantel argentino no sabía exactamente con qué se iba a encontrar. Por las dudas, a los players les pasaron los videos de la Azzurra en el Seis Naciones y del Harlequins inglés, el equipo que había dejado el DT irlandés.
Al cabo, Italia jugó con orden y disciplina, lo cual le alcanzó para complicarles el día a Los Pumas, que por más camiseta que se hubieran cambiado, comenzaron con algunos vicios que arrastran desde Jaguares en el Super Rugby, torneo que entró en un paréntesis para que los seleccionados jueguen los tests de junio.
Se notó que la Selección salió a jugar estilo test match y no a soltar conejos, los cuales hace rato se volvieron a la granja. Sin embargo, cuando Martín Landajo se animó a amagar y filtrarse, cuando Nicolás Sánchez encontró los espacios, cuando Juan Hernández frotó la lámpara, cuando Santiago Cordero metió amagos y cambios de paso, Argentina hizo la diferencia, aunque, claro, con cuentagotas. Porque del otro lado del subibaja aparecieron los penales cometidos, pérdidas de pelota y un scrum que no somete. Italia, agradecida.
Los aperturas Sánchez y Carlo Canna cambiaron penales; los wines Manuel Montero (preciso kick de Hernández) y Leonardo Sarto se repartieron tries. Hasta que a los 58′ se rompió el partido: Sánchez se filtró y corrió para habilitar a Hernández, quien rápido se la pasó a Matías Moroni para que el centro eludiera un par de marcas y apoyara; Sánchez agregó la conversión y Argentina se escapó a 27-19.
Los italianos sintieron el golpe; Los Pumas olieron sangre y fueron a definir. En la jugada siguiente al try de Tute, Hernández le metió un pase a una mano a Sánchez, quien otra vez se escapó y mandó la patada a Montero, al que Simone Favaro sacó de la cancha llegando al ingoal. La cancha estaba inclinada, los pases a una mano ahora salían, la pelota no se caía, los italianos no sabían qué bondi tomar ni a quién marcar. Sánchez metía tres más a falta de 15′ (30-19)…
Pero otra vez los penales, el pack de la Azzurra que fue para adelante, los tackles errados… y el try de Simone Favaro. Los Pumas no lo habían rematado e Italia terminó apretando. Al cabo, Los Pumas recuperaron un scrum sobre el cierre, tuvieron un penal y el test terminó ahí. «Siempre es importante ganar», destacó Hernández. Y… sí.
Fuente: Olé.com.ar