Con tres goles de Cristiano Ronaldo, Juventus goleó 3-0 al Atlético Madrid y avanzó a los cuartos de final de la Champions

Cristiano Ronaldo mira la Orejona, se transforma y se convierte en un jugador de otro planeta. La quiere siempre para él y, como si fuera un nene caprichoso, no tiene ganas de prestársela a nadie. Es cierto que ya ganó cinco Champions, pero no se conforma y va por más. Con todo ese hambre de gloria, alimentado por su ego y su espíritu ganador, metió una actuación bestial ante el Atlético Madrid y él solito se encargó de eliminar al equipo de Simeone: triplete histórico y la Juventus se llevó el pasaje en mano a cuartos de final.

Juventus llegaba golpeado y tenía que dar vuelta el 0-2 de la ida en España. Parecía díficil, pero el portugués siempre se tuvo fe. «Los pequeños detalles marcarán la diferencia. El equipo confía en jugar un gran partido y yo también», aseguró en la previa. Y si CR7 avisa, no traiciona. Desde el primer minuto fue la bandera, le quitó la presión a sus compañeros y se puso el equipo al hombro. A los 4′, cuando algunos hinchas todavía se acomodaban en sus asientos, hubo una polémica que ya lo tuvo como protagonista. Chiellini convirtió, pero el árbitro Bjorn Kuipers cobró falta del ex Real Madrid a Oblak y anuló el gol.

A pesar de los reclamos, los italianos, muy concentrados, siguieron atacando y a los 27′ apareció Cristiano por primera vez: le ganó de cabeza a Juanfran tras un gran centro de Bernardeschi y empezó la remontada. Y en el segundo tiempo llegó su consagración histórica. Otra vez volvió a saltar más alto que todos, conectó con un frentazo el envío de Joao Cancelo y Oblak la sacó de adentro del arco (al árbitro le sonó el reloj y lo cobró gracias al Goal-line technology). 2-2 y el Cholo no lo podía creer…

Parecía que se venía un tiempo extra emocionante, pero Ronaldo decidió evitarle el sufrimiento a los hinchas de la Juventus y terminó su trabajo en 90 minutos. Bernardeschi metió una electrizante corrida, Angel Correa (entró en el ST) lo empujó de atrás y Cristiano, con una frialdad envidiable, puso el 3-2 final desde los 12 pasos a cuatro minutos del cierre. Como no podía ser de otra manera, hizo su clásico festejo, dejó en claro que manda él y hasta le devolvió el polémico gesto de la ida a Simeone.

Sus números son bestiales: llegó a los ocho hat-tricks en la Liga de Campeones e igualó el récord de Messi, le metió cuatro tripletes al Atlético Madrid en su carrera (tres de ellos a Oblak) y llegó a los 63 goles en la competición en series mano a mano (Leo acumula 40). Si bien en toda la fase de grupos sólo había convertido un gol, apareció cuando su equipo más lo necesitaba, la Juventus se convirtió en candidatazo a levantar la Orejona y dejó en claro que el mal presente del Real Madrid no es casualidad. Sí, el Merengue ya no tiene al más Champions…