Ante la casi segura elección de Hugo Moyano como presidente, el Gobierno suspendió las elecciones de AFA por 90 días y nombró dos veedores para regularizarla. ¿Paran el fútbol?
Golpe de estado futbolístico para algunos. Ley del último recurso para otros. Lo cierto y lo concreto es que el Gobierno tomó la decisión que venía cocinando desde que supo que Hugo Moyano sería consagrado nuevo presidente de AFA el 30/6: intervenirla.
Sin la venia judicial y con una media palabra de FIFA que nadie sabe hasta donde bancará, Mauricio Macri dio la orden de avanzar para que el líder camionero no se quede al mismo tiempo con el mundo del trabajo y el del fútbol. Y a 24 horas de que se termine el plazo para presentar los avales de los candidatos (hasta ayer lo habían hecho Moyano, Chiqui Tapia y Armando Pérez), la Inspección General de Justicia suspendió por 90 días las elecciones utilizando el artículo 10 de la ley 22.315 que le da facultades para meterse en cualquier asociación civil si verifica actos que importen violación de la ley, estatuto o reglamento.
Y la nota es clara: en sus nueve carillas habla de importantes irregularidades administrativas para tomar la determinación. Y aunque no la llama intervención para no terminar de chocar de frente con FIFA, es lo que se hizo, ya que hasta se nombró dos veedores encargados de regularizar las actuaciones institucionales y contables. ¿Quiénes son? El abogado Luis Tozzo y la contadora Catalina Dembitzk, ambos funcionarios del Departamento de Asociaciones Civiles de la IGJ.
El Gobierno utilizó como base la carta que le envió la jueza María Servini de Cubría, quien lleva adelante el proceso por administración fraudulenta del FPT, donde enumera las irregularidades encontradas (básicamente el aumento de los pasivos de los clubes) y habla de precariedad institucional. El Gobierno le había pedido a Servini que disponga la intervención judicial, que era lo que la FIFA aprobaba, pero la magistrada dijo que a tanto no iba a llegar y sólo mandó esa nota para sustentar lo que Macri se animó a hacer ayer.
El tema es que el Comité Ejecutivo sigue teniendo el poder de las decisiones futbolísticas, por lo que si quisiera podría como respuesta parar el fútbol y hasta retirar a la Selección de la Copa América. En esta lucha encarnizada por como vulgarmente se dice en el barrio, ver quién la tiene más grande, nadie sabe si AFA se animará a dar ese paso o sólo presentará un recurso de amparo para intentar torcer la movida gubernamental. Pero la guerra está declarada.
En otro de los párrafos, la IGJ dice haber tomado esta decisión porque los propios directivos no se ponen de acuerdo. Argumento falaz, están las elecciones para dirimir qué camino tomar. En realidad lo que ocurre es que la posición de Daniel Angelici, Rodolfo D’Onofrio, Matías Lammens y Víctor Blanco quedó en franca minoría y ni siquiera pudieron forzar una renuncia masiva de dirigentes al Comité Ejecutivo que provocara una acefalía institucional y ahí sí darle marco legal a una intervención real.
¿Qué puede pasar ahora? Ambas partes dicen tener el apoyo FIFA, que aún no se ha expresado públicamente. Desde el Gobierno aseguran que Gianni Infantino les dio el okey tras una teleconferencia con Mauricio Macri el sábado pasado. Y que la semana que viene eso se formalizaría en el envío de dos hombres para fiscalizar todo. El eje Moyano-Tapia dice que FIFA está con ellos. Y mientras todos se pelean por dinero y poder, el fútbol argentino escribe otra página bochornosa.
Fuente: Olé.com.ar