El Real Madrid venció con justicia al conjunto mexicano por 2 a 0, con goles de Benzema y Cristiano Ronaldo, y accedió a la final, donde enfrentará al Kashima Antlers. No hubo batacazo para La Volpe, aunque sí fue una derrota digna.
A veces, con la jerarquía y la calidad individual alcanza. Sin hacer un gran partido, sin mostrar un funcionamiento colectivo superador, el Real Madrid venció con justicia al América con los destellos de sus futbolistas más desequilibrantes. Así sacó el pasaje a la final de este Mundial de Clubes donde lo espera el Kashima Antlers de Japón, que el miércoles goleó a Atlético Nacional de Medellín por 3 a 0.
El Real Madrid llega más fácil al gol que a jugar bien. Tiene en sus jugadores una capacidad técnica que termina haciendo estéril el esfuerzo del rival. El América salió a jugarle de igual a igual. Ricardo La Volpe, fiel a su estilo, paró un 5-3-2 bien definido pero no se tiró atrás sino que buscó emparejar las acciones a través del traslado preciso desde su propio arco. Tácticamente, el conjunto americano se paró bien y por un rato largo evitó que el Madrid generara situaciones de peligro. Recién a los 25 minutos, tras un centro desde la derecha de Carvajal, Cristiano Ronaldo ganó de arriba y su cabezazo se estrelló en el palo. Hasta ahí, era un partido parejo.
El Real comenzó a torcer la balanza a su favor a partir de la activa participación del portugués. Flotando en la zona de tres cuartos, arrancaba desde ese lugar con peligro y obligó al América a replegarse. Luego, la jerarquía hizo el resto. Cristiano lo vio a Kroos y el alemán, de frente al arco, filtró un pase genial para Benzema. El francés, para no ser menos que su compañero, resolvió con un lujo: definición de primera, de tres dedos, para poner el 1 a 0 cuando se moría el primer tiempo.
A partir de la ventaja en el marcador, el Madrid manejó las acciones. El América, sin poder adueñarse de la pelota, tuvo la dignidad de ir en busca del empate pero le costó muchísimo poder generarle una situación clara de gol a Keylor Navas. Algunas aproximaciones, varios centros al área y poco más. Mientras, el conjunto dirigido por Zidane se erraba algunos goles. El peor, uno de Cristiano Ronaldo, quien con el arco vacío cabeceó tan mal que terminó siendo un rechazo.
Ya en el descuento, en una contra rápida, el portugués se redimió y puso cifras definitivas al marcador. Ahora, a pensar en el Kashima para levantar otra Copa.
Fuente: olé.com.ar
