Emprendedores: un argentino creó un GPS para equipos de fútbol que usan el Real Madrid y la Roma

José González Ruzo, Agustín Rozadas y Ezequiel Torti fundaron Oliver, un dispositivo que mide el rendimiento de los jugadores de fútbol

El equipo de fútbol de José González Ruzo acababa de ser eliminado de un torneo y entre los jugadores empezó el debate sobre quién había corrido más y quién había estado a media máquina. Pero la discusión no tenía ninguna información objetiva, y eso fue el disparador de una idea de negocio.

“Empecé a buscar la forma de monitorear a los futbolistas, sin necesariamente que sean de elite. Investigué cómo funcionaban los dispositivos de recolección de datos en el fútbol profesional y estaban estos GPS en forma de chaleco o top que se colocan debajo de la camiseta. Ahí entendí que estaba muy apuntado al fútbol profesional, ya que requería de un gran presupuesto para los clubes y un staff técnico que analizara esta data para pasarles al entrenador y al preparador físico”, cuenta el emprendedor cordobés, que ahora vive en España.

Descubrió así que, en un mundo que tiende cada vez más a generar datos, había un nicho para cubrir entre los equipos de fútbol amateur y las inferiores de los grandes clubes. De esta forma creó Oliver, un dispositivo de tres centímetros por cuatro, que pesa 15 gramos, se coloca en la cubrecanilla y permite medir el rendimiento del jugador.

“La idea era simplificar el acceso a datos y democratizarlo, construir un producto que esté al alcance de juveniles, divisiones inferiores, clubes más modestos, fútbol femenino. En vez de estar apuntado al fútbol de elite, entrar al mercado de semi profesional y al amateur”, indica González Ruzo.

Junto con sus socios Agustín Rozadas y Ezequiel Torti comenzaron a diseñar el dispositivo y a hacer las validaciones. “Agustín era mi socio en una empresa que creamos antes, Fligoo, y Ezequiel es un data science, que trabajaba en una empresa española de mucho desarrollo en la Argentina”, cuenta.

En 2018, abrieron la sociedad por acciones simplificada (SAS) y desarrollaron el MVP (producto mínimo viable) para presentar en el mercado. Todo el software fue programado y producido en la Argentina, mientras que el hardware se hizo en China y en España. “Lo codesarrollamos con entrenadores, preparadores físicos, jugadores de fútbol juveniles y semiprofesionales para entender qué necesidades había”, señala.

“El dispositivo se lleva en las piernas, para no medir solo las cuestiones atléticas, como las velocidades y la cantidad de kilómetros recorridos, sino también para agregar capas de información de la interacción con la pelota, como la conducción, los pases y la fuerza de la pegada. En la aplicación, se notifica si el GPS fue colocado en la pierna hábil o no. El diseño del producto, además, es más cómodo que el top y por lo tanto lo pueden usar las mujeres también”, agrega.

Oliver lleva vendidos 1500 unidades y entre sus clientes están las academias del Real Madrid y de la Roma. También lo adquirió el equipo venezolano Guaira, que jugó la Copa Libertadores. Otro embajador de la empresa es Edmílson, exjugador de la selección de Brasil y del Barcelona, quien lo utiliza en su equipo, FC Ska Brasil. “Ya hay 17 clubes que lo usan. Nuestra forma de comercialización más común es B2B [servicio de empresa a empresa], en el cual la plataforma tiene un modelo más empresarial para analizar el equipo en su conjunto”, explica.

“En Europa, además, lo ofrecemos a personas individuales, y al software le agregamos una capa de información más lúdica dentro de la experiencia de datos, para no dar información aislada y le ofrecemos al usuario, por ejemplo, ejercicios que puede hacer para mejorar su rendimiento”, agrega.

El dispositivo no se cobra, sino que se pide un compromiso mínimo del usuario de contratar una suscripción por un semestre, que cuesta diez dólares al mes. Para los clubes, el mínimo es un año.

El desembolso inicial del proyecto fue un millón de dólares, que levantaron de inversores de la Argentina y España. Ahora están por abrir otra ronda de inversión para escalar la empresa y llegar a los mercados de Estados Unidos y Gran Bretaña.

“El dispositivo también lo están usando algunos usuarios que juegan otros deportes; nuestra idea es ir ampliándolo. Por ejemplo, en básquet, que en vez de llevarse en la pierna, la portabilidad se dé en el antebrazo, y que pueda medir la manera de driblar, además de toda la parte física”, concluye.

Fuente: LA NACION