Colaborando con la editorial de Toquedeportivo.com, cinco profesionales de nuestro medio, nos brindarán sus conocimientos en una entrega, que compartiremos con todos ustedes. Hoy la columna perteneceal Profesor Licenciado Fernando M. Álvarez
Nuestra sociedad se ha tornado cada vez más enloquecida, violenta e insegura, y por lo tanto se hace cada vez más difícil una buena convivencia. Pero principalmente es una sociedad en la que se han perdido los principios morales rectores, los valores y las virtudes que toda sociedad necesita tener para poder crecer como tal, en función del bien común.
En nuestra sociedad se ha perdido el principio de autoridad, no se respeta al policía, no se respeta a la maestra o al profesor, se ha perdido el respeto sobre las personas mayores y la autoridad que les da los años y la experiencia. Se ha perdido el principio de autoridad como elemento sustancial de orden. No obstante, todavía queda un reducto donde esa autoridad se mantiene y se ejerce ante el cumplimiento de los que deben respetarla; ese reducto es el deporte. Sí, el deporte, porque ni Ud. ni nadie puede jugar a ningún deporte y desconocer la autoridad del árbitro sin quedar inmediatamente fuera del juego. El árbitro sigue siendo la autoridad máxima en una disputa deportiva y los jugadores deben acatar sus decisiones, aun habiéndose este equivocado.
¿Por qué los gobiernos de turno no entienden esta realidad? ¿Por qué no fomentan el deporte en serio y no como herramienta política para mover voluntades como futuros posibles votantes?
En nuestra sociedad se ha perdido el sentido de los límites. Todas las cosas deben tener un límite, pero no es así, se vive transgrediendo todo límite impuesto: las señales viales, el consumo de alcohol, el horario de diversión, los días de licencia, los precios etc. Sin embargo, queda un reducto donde todavía se conserva el principio de los límites y ese reducto es el deporte. Sí, el deporte, porque ni Ud. ni nadie puede salirse de los límites de una cancha sin que deje inmediatamente de perder la posesión del elemento con que se juega o cometer una falta que le haga perder un punto. No se puede transgredir los límites sin tener una sanción inmediata y efectiva.
Pero los gobiernos de turno siguen sin entender esta realidad y banalizan al deporte otorgándoles presupuestos irrisorios, maquillajes inaceptables y ninguna posibilidad de planificación y autonomía de decisión.
En nuestra sociedad se ha perdido el sentido del orden. No hace falta más que entrar a una oficina pública para comprobarlo, o a un colegio secundario, o simplemente caminar por las calles de nuestras ciudades para ver que el orden mínimo y necesario para poder convivir ya no existe. Cada uno hace lo que le place, con una moral individual y de situación que corrompe el desarrollo y el bienestar de la sociedad. Empero, queda un reducto donde todavía se conserva la necesidad imperiosa de un orden esencial y ese reducto es el deporte. Sí, el deporte, porque ni Ud. ni nadie puede desarrollar una buena serie gimnástica sin el orden preestablecido, o jugar un partido de vóley sin rotar, o ganar un partido de básquet o fútbol de salón sin respetar movimientos tácticos que se hacen necesarios, eso en deporte se llama “orden”. El niño juega en sus primeros años de vida con orden, o no habrán visto jugar a los niños a las bolitas respetando a raja tabla el orden de los turnos y si alguno quiere burlarlo, inmediatamente surge la vos del orden que le dice “Te colaste”. El adulto juega con sus pares con orden perfecto y calmo, basta verlos jugar al tejo, en un clima de respeto, sana alegría y envidiable orden.
Cuánto tiempo vamos a tener que esperar para que los responsables de las decisiones políticas de este bendito país se tomen en serio al deporte y a los valores de vida que este tiene, para transferirlo de manera permanente, sistemática, pedagógica y didáctica a nuestros niños, jóvenes y adultos. El deporte debe tener un Ministerio dirigido por especialistas capacitados y no una mera secretaría donde se rejuntan, deportistas exitosos, punteros y militantes políticos que aceptan migajas y reparten favores. Es el deporte una herramienta fundamental en el momento en que vivimos para comenzar a cambiar algo de todo lo que se encuentra mal. Alguien alguna vez lo entenderá porque, está claro: es el deporte, estúpido.
Prof. Lic. Fernando M. Álvarez