Demostró toda su excelencia en el Gran Premio de Turquía, en una carrera complicada por la lluvia. “No dejes que nadie te diga que no podés concretar los sueños, tenés que perseguirlos”, dijo emocionado en el podio. Checho Pérez y Vettel completaron el podio.
Ya no tiene a nadie por delante. El inglés Lewis Hamilton igualó este domingo el récord de siete Mundiales de Fórmula Uno del alemán Michael Schumacher, después de imponerse en el Gran Premio de Turquía. No fue una carrera sencilla, con una pista muy mojada producto de las intensas lluvias. Sin embargo, el británico dio cátedra de su pericia y ganó una carrera que no lo tenía como gran protagonista.
Nacido el 7 de enero en Stevenage, Hamilton había batido el récord de ‘poles’ de Schumacher (68) hace tres años, en Monza (Italia). También, había mejorado el de victorias (91) el último fin de semana de octubre en Portimao (Portugal). Antes, en Montemeló (Barcelona) había batido el de podios (155). Y este domingo lo igualó, después de exhibirse en una carrera dominada por la lluvia.
El astro británico se llama Lewis Carl en honor a Carl Lewis, el gran velocista del siglo pasado. Y no es casualidad, pues, que mejore sus propios registros con rapidez, a bordo del triunfal Mercedes, quizás la nave más poderosa de la historia de la F1.
Además de su pericia como piloto, Hamilton no desaprovecha la ventaja que le otorga el auto, considerado el mejor de la historia de la categoría, y mejora sus hitos como el nuevo hijo del viento. Ya suma 97 ‘poles’, 163 podios y 94 triunfos. Y si llega a un acuerdo de renovación con Mercedes, dado que el cambio brusco del reglamento no se producirá hasta 2022, el año próximo será claro favorito a un octavo título.
“No sé por qué se retira la gente cuando se retira; pero eso, de momento, no pasa por mi cabeza. Y una cosa tengo muy clara: amo pilotar”, explicaba en agosto de 2019 Hamilton.
Lewis respondió que aún estaba hambriento de éxito y que quería seguir creciendo con un equipo al que se unió en 2013 y con el que ha firmado la mejor racha de toda la historia, al capturar de forma consecutiva los últimos siete títulos de constructores.
Fiel representante del ‘star system’, Hamilton se prodiga en redes sociales, diseña una línea de moda; y luce sin complejos los modelos más extravagantes, llamativos collares y pendientes.
Su piel está plagada de tatuajes, entre los que destaca su lema principal, el de la resiliencia. El que reza “Still I Rise”. Que viene a decir algo así como “A pesar de todo, resurjo”.
Hamilton alcanza la eternidad deportiva el año en el que ha mostrado su perfil más reivindicativo, a bordo de su dominante ‘flecha de plata’, de negro este curso: en contra del racismo.
El Mundial de la pandemia arrancó un mes después del asesinato a manos de la policía de Mineápolis (Minesota) de George Floyd, un afroamericano cuya muerte potenció el movimiento ‘Black lives matter’, que señala la -obvia- importancia de las vidas de la gente de raza negra, secundado por numerosos estrellas del deporte y que en la F1 encontró en el inglés a su principal valedor.
Fue Hamilton el promotor de los minutos de silencio, en los que también encabezó el grupo que se arrodillaba durante los mismos. Y en el Gran Premio de la Toscana -en Mugello (Italia)- celebró su victoria subiendo al podio con una camiseta reivindicativa que pedía el encarcelamiento “de los ‘polis’ que asesinaron a Breonna Taylor”, a otra afroamericana fallecida durante un tiroteo en Wisconsin. Un tipo de celebración que poco después prohibió después la FIA.
Fuente: TN