El Licenciado Gustavo Fabián Juri, sin lugar a dudas un gran referente para todos los profesores de Educación Física, representante de una segunda gran camada de profes, exitoso desde la cuna, cuando con 21 años entrenó al dos veces campeón del Pentatlón Adriel Andrés y así siguen una buena cantidad de logros de jerarquía, hoy volvió a su primer amor, el fútbol y logró llegar con su querido tricolor a la última fecha con chances. Toda una vida ligada al deporte, amiguero, responsable y sobre todo un gran tipo, conocelo en este pequeño homenaje de Toquedeportivo.com
-¿Cuándo decidiste que ibas a ser profe de educación Física?
-Desde la primaria, mi referente en ese momento fue mi profesor de gimnasia Mario Lepore. Del cuál tengo muchas anécdotas muy locas.
-¿Cómo fue la experiencia en la facultad?
-Muy dura, había que irse de San Rafael, no la pasé nada bien en Mendoza, extrañaba mucho, pero me hizo un clic en la cabeza, porque en el secundario fui regular para abajo y acá estudié mucho.
-¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza de esa época?
-(Risas) El hacinamiento, la pensión (tuve la desgracia de compartir con él), los amigos con los que compartí departamento. Lo otro que recuerdo rápidamente es haber empezado a trabajar de muy joven, justamente con un gran atleta como Adriel Andrés.
-¿Te recibiste muy joven y comenzaste a trabajar?
-Sí, incluso antes de recibirme tuve la suerte de entrenar a Adriel Andrés. Tenía 20 años, muy poco conocimiento pero los contactos me dieron esa posibilidad y me ayudó mucho un profesor que era un adelantado, nos tenemos mutuo respeto, a pesar de algunas peleas que duran años, pero siempre volvemos a empezar, hablo de Claudio Capezzone. Más tarde Juan Pablo Maricich un kayakista de Comodoro Rivadavia que se mudó a San Rafael para entrenar juntos, con él hicimos la copa del mundo de 1992 en Europa y los Juegos Olímpicos de Barcelona aunque no pude quedarme hasta el final. Después llegaron Fernando Gianini, Fabricio Andrés, Sebastián Mendizabal, Emilio Carricondo entre otros.
-¿Cómo sobrellevaste esa situación, con 20 años, entrenando al ganador del Pentatlón?
-Fue fantástico, año 1989 si mal no recuerdo, y tenés que tener mucha suerte. En esta profesión se pierde más de lo que se gana, entonces cuando te toca perder te la tenés que bancar y no soy de los que se bancan mucho una derrota.
-¿Y cómo fue la experiencia con Juan Pablo Maricich por Europa?
Fue un sabor agridulce, clasificamos al mundial y en la tercera fecha no la estaba pasando bien y me entero que no iba a poder estar en la Villa Olímpica, tenía que dar indicaciones de afuera y además había amenazas de la ETA. No me iban a dejar entrar y para pagar hotel, comida, estadía y no poder estar cerca, preferí volverme.
-¿Hay una anécdota en Europa muy simpática?
-Sí, (risas) en Melano, Italia, todavía hoy el me echa la culpa a mí y yo a él, nos fuimos a entrenar y se quedó la carpa abierta, hubo una tormenta tremenda. Cuando llegamos, los bolsos flotaban en el agua. Nos metimos a un camarín que había en el lugar con toda la ropa mojada, y dormimos esa noche, dijimos bueno mañana pasa y nos reacomodamos. Llovió cuatro días seguidos y nosotros en el camarín, en la última noche preferí dormir en el auto, él podía dormir parado. Bueno y ahí me pegué la vuelta, hicimos juntos Alemania, Francia, e Italia.
-¿Dijiste que no te bancás mucho las derrotas, cuál es la más dolorosa?
-La del último domingo con Pedal, porque tiene el condimento de que perdí con el club del que soy hincha de chico. Y una final que perdimos con Pedal para ir a un Regional, mira vos las vueltas de la vida, yo siendo preparador físico de Huracán.
-¿Y el triunfo que más te llegó?
-Sin dudas el de Rincón del Atuel, con Juancho Cano y el de una posta con pibes, en la cual tenía 18 años, fuimos a Mendoza y volvimos corriendo, en ese grupo iba el Patón Rosa, Gustavo Cañada, dos profes, eso lo disfruté mucho también.
-¿El logro más importante fuera de la profesión, cuál es el mayor festejo en la vida?
-Qué complicada la pregunta, poder compartir con mis hijos el deporte, haberlos entrenado es una cosa maravillosa. Encima los dos me dieron satisfacciones, Elías era muy buen nadador, hasta que conoció una pelota y no se metió más al agua. Y Farid que es un muy buen jugador de Tenis. Tengo una anécdota con Elías muy graciosa, el nadaba en aguas abiertas y un día le compro en Mendoza la mejor antiparra, para aguas abiertas. Como a los cinco meses, voy a nadar y le pido prestadas las antiparras. No veía nada, pero nada y cuando averiguo, claro son antiparras para aguas abiertas para el sol, no son para usar en la diaria, mi hijo había estado entrenando todo ese tiempo sin ver nada, imagino chocando la pared cuando hacía un largo y nunca me dijo nada. Otra de las satisfacciones de la vida, el poder trabajar juntos con Elias.
¿Bueno y Farid, cómo ves su presente?
-Casi que es de casualidad, le pedí a Gustavo Salatino que inventara algo, para que no estuviera de joda viernes, sábado y domingo. Me dio bola en una idea que le tire. No había chicos en sub 18, entonces le dije que los chicos que perdieran en primera ronda en 16, los metiera a jugar en sub 18. Así pudo entrar al primer G2, como le fue bien siguió metiendo fichas y terminó jugando solo G2 y G1 por su buen ranking. Sino sería un pibe más pensando en que hacer el fin de semana. Hoy la raqueta le abre una puerta a un mundo distinto y ojalá le sirva para crecer.
-¿Bueno hablamos de todo, menos de tu compañera, que rol cumple Valeria?
-Así como de chicos, llevó la mochila de los dos casi al cien por cien, hoy prácticamente no opina, acompaña en silencio, sobre todo por la actividad de Farid, que es de los más laburadores que he visto y sabes que soy muy objetivo, eso significa muchas horas fuera de casa, muchas horas de entrenamiento.
-¿El viejo ya no está, pero seguro estará orgulloso?
-Nada que decir, un tipo honesto le daba todo a su familia. Todo lo que había que decir o hacer, se dijo y se hizo, no me queda ninguna deuda pendiente. Le compraría la vida sin dudas, pero morir al lado de tu familia debe ser una de las cosas más bonitas para terminar el recorrido en la tierra.
-¿La amistad, habrás hecho en el transcurso de tu vida miles de amigos?
-Sí, son muchos los conocidos, pero los amigos de verdad terminan siendo siempre los mismos, los de la infancia, con los que compartimos muchas horas en la adolescencia y que hoy seguimos con ese lazo. Creo que la amistad la definimos hace muchos años con el Jota y el Diego «En épocas de dificultades se manifiesta la grandeza de los hombres y los amigos se ven en épocas de dificultades».
-¿Cuándo te vayas del Tenis Club, seguramente saldrás con los nietos de la mano?
-(luego de una sonrisa) Comencé muy joven en 1991 recién recibido y con 24 años, me llevó Cacho Massini arranqué con entrenamiento de tenis y clases de natación, contribuimos a la formación de grandes tenistas, personas y amigos de la vida, todos los entrenadores tenemos deportistas de todos los niveles, a no creerse los hacedores de campeones, solo ponemos nuestro estudio actitud y trabajo lo demás depende de ellos y lo que estén dispuesto a resignar. Hace 25 años que formamos la escuela de tenis con Diego y Jota y aún estamos juntos con un breve paréntesis de Jota en el medio, un cuarto de siglo, increíble en los tiempos que corren. Tenemos de alumnos los hijos de nuestros primeros alumnos y eso nos llena de orgullo.
-¿Cuánto creció tu querido club en estos años no?
-Sí, tremendo, tuve la suerte de estar 6 años organizando los deportes del club en el poco espacio físico que había, hoy con el anexo es un poco más sencillo, aunque se agregó hockey y futsal. El excelente presente del club es responsabilidad de todos, fundadores, miembros de comisiones, profesores y cada empleado que lo hacen más grande cada día. Los nombres pasan y las instituciones permanecen y pronto seré parte del pasado del tenis también.
-¿Qué es el Coneja Roldán en tu vida, y por supuesto que significa el Rancho de Tenis?
El coneja es como el viejo sabio que siempre me enseña algo, decimos que juntos nos va muy bien y es cierto, sus frases y citas se vienen a mi mente en el momento indicado, un tipo inteligente y noble que me abrió las puertas del Rancho desde siempre, y nunca nos fallamos. Hoy compartimos la Colonia de Pami en verano junto a su hijo Nicolás. A veces tengo la fantasía de ser para mis alumnos, como él para mí, pero tengo la sensación que no les llego tanto.
-¿Tu pasión deportiva, la conocemos los que estamos cerca, sabemos que es el fútbol, que podes decir sobre esto?
Es el deporte que me apasiona, empecé en Cuadro Nacional subimos a la “A” en el 91′. De ahí a Huracán campeones en el 93 con el «Cholo» Convertí de técnico. En el 94′ estando punteros nos tuvimos que ir con Estrella hasta el 2001 que con el «Turco» Tercilla nos llevaron 7 fechas antes, cuando prácticamente estábamos condenados al descenso y nos salvamos. Luego vino la inolvidable campaña de Rincón del Atuel, el mejor equipo que entrené, acompañando a Juancho Cano y un paso fugaz por Cuadro Benegas. El sueño de trabajar en casa se me dio en el 2013 llegamos a Pedal con Cano y al no conseguir el objetivo de campeonar (terminamos segundos) nos fuimos, hoy tengo la deuda pendiente de ganar algo en el club del que soy hincha, y Pedal me dio otra oportunidad pero no se me dio. El fútbol es como la primera novia, te puede hacer muy mal, ser ingrata, pero te busca y largas todo para irte con ella.
-¿Cuál de todas las actividades disfrutas más en el día a día?
El Instituto sin lugar a dudas, es incomparable coordinar la casa de estudio que te formó, muchos amigos cosechados y la posibilidad de conocer personalidades deportivas (los mejores entrenadores del país y grandes deportistas). El apoyo incondicional de las autoridades de Mendoza que siempre confían en nuestro trabajo. Este año mi propuesta fue divertirme dando clases y que los chicos se diviertan aprendiendo. Creo que en gran parte lo logré, aunque tuvimos dos momentos muy duros, con dos chicos que se accidentaron pero afortunadamente hoy están bien.
-¿Son tan difíciles los jóvenes hoy en día, comparada con tu generación, hay algún punto en común?
-No, no hay puntos de comparación, son dos cosas totalmente distintas. Mi generación creció con excesivo respeto a los profes y hoy les tenemos excesivo respeto a los alumnos. Somos la generación del medio, de un cambio generacional en el mundo muy importante, pero educar es fantástico, para todos menos para los gobiernos.
-¿Siguiendo con el tema estás en contacto permanente con los chicos que van a manejar el país, te tranquiliza o te asusta?
-Me mete miedo, porque son menos hipócritas que nosotros, un año me dije voy a perder 5 minutos de clases para hacerles un pequeño cuestionario de la vida en general, nombre del gobernador, del presidente de los EEUU, y me di cuenta que los chicos lo que no les interesa no le dan bola y la clase política ha hecho que a los pibes no les caliente la política, a río revuelto ganancia de pescadores y eso es lo que me preocupa.
-¿Cómo te gustaría que te recuerden los alumnos, como un buen profe o como un par?
-Como un par es difícil, pero si te digo que a un buen o mal profesor te lo olvidas a los dos años de recibirte, de alguien que te dio una mano, con el que compartiste alegrías y tristezas, es muy difícil que lo olvides.
-¿Cómo te ves dentro de 15 años, trabajando todavía?
-No, disfrutando de mis hijos y mi esposa, de la profesión que eligió Elías, que es la misma que yo amo, seguramente acompañaré sin meterme demasiado, descansando porque siento que los años comienzan a pasar su factura, encontrándome con amigos en una mesa de café, y con alumnos, que es una de las cosas que más disfruto.
Una extensa charla, pasando por la vida profesional, su familia, sus gustos y pasiones, sin dudas un tipo apasionado, responsable y obsesivo que ama el ejercicio de su profesión. Espero estar dentro de 15 años en esa mesa de café inventando historias, que ya seguramente habremos olvidado, pero que la fuerza de la amistad nos traerá a la memoria.