Llegó el día para Irlanda. La fecha que quedará grabada en su historia de rugby. En el estadio Soldier Field de Chicago lo logró: consiguió su primera victoria ante Nueva Zelanda, por 40-29, en el partido amistoso que finaliza con el récord de victorias consecutivas de los All Blacks. La cuenta se detuvo en 18 triunfos al hilo. Irlanda está de fiesta.
Todo comenzó con mística irlandesa. En la previa del partido, mientras los neozelandeses realizaban el mítico haka, los irlandeses formaron un “8” en el campo de juego en homenaje a Anthony Foley, uno de los más emblemáticos jugadores irlandeses, que falleció hace un mes, El arranque del partido fue muy parejo, Johnny Sexton inauguró la cuenta para Irlanda a los tres minutos, y respondió rápido George Moala con un try para Nueva Zelanda. Pero los irlandeses empezaron a crecer y empezaron a construir su ventaja.
Congratulations to @IrishRugby for a great victory! See you in Dublin in two weeks.#NZLvIRE #TeamAllBlacks pic.twitter.com/weMxkjEyVp
— All Blacks (@AllBlacks) 5 de noviembre de 2016
El equipo de Joe Schmidt consiguió una diferencia impensada en el arranque del complemento: 30-8, con tries de Murphy, Stander, Murray y Zebo, mientras que los All Blacks apenas habían conseguido apoyar una vez.
A los de negro, está claro, no se los puede dar por muertos nunca. Y reaccionaron. En apenas un par de minutos se pusieron a tiro con los tries de Perenara y Scott Barrett. Estaban 30-22 a los 55 minutos.
Made a note in the diary today. Simply says…YES! #TeamOfUs #shouldertoshoulder pic.twitter.com/xNRbOUNa1L
— Irish Rugby (@IrishRugby) 5 de noviembre de 2016
Hasta que Robbie Henshaw, a cinco del cierre, destrabó el partido y trasnformó la utopía en realidad. Fue 40-29. Fue la primera victoria de Irlanda ante los All Blacks, algo que no había podido conseguir en los anteriores 28 partidos desde 1905.
Dentro de dos semanas se verán de nuevo las caras y en Dublín. Será la coronazión de la fiesta en el Aviva Stadium.
(Agencias)
