La Azzurra perdió 1 a 0 en Estocolmo y deberá ganar la revancha de local, con la desventaja de que el gol de visitante vale doble y un tanto sueco complicaría mucho a los tanos.
La derrota 1 a 0 en Estocolmo no sentencia la eliminación de Italia. Sí, dejó muy expuesto al equipo para la revancha, el lunes próximo en Milán, porque el gol de visitante vale doble y un tanto de los suecos dejaría los de Ventura con la obligación de meter tres o chau a Rusia 2018.
Encima, Italia jugará la vuelta sin Verratti, quien será suspendido por acumulación de amarillas. Así, el sueño de Buffon de jugar su sexto Mundial se complicó.
La diferencia en el juego no fue evidente. El gol de Suecia llegó casi fortuito, por un rebote en De Rossi tras un remate del recién ingresado Johansson. Y resultó justo en el momento en que Italia se había hecho dueño de la pelota, una situación que no había ocurrido en el primer tiempo. Y aun así, en ese dominio local, tampoco Buffon había quedado muy expuesto porque Italia se potenció con lo mejor que tiene, su fortaleza defensiva, bien armada con Chiellini, Bonucci y Barzagli.
Obvio, desde hace rato que Italia no tiene creativos en ataque. Ese déficit quedó ratificado y las llegadas iniciales fueron básicamente con salidas laterales. Con amor propio, sin perder orden pero con más aceleración, la Azzurra buscó el empate y a punto estuvo Damian con un derechazo al palo.
Italia tiene recursos para darlo vuelta, pero pocos en ataque. Immobile no estuvo efectivo y Belotti falló un cabezazo en el arranque. Además, Suecia también es muy fuerte en lo colectivo, a falta de individualidades que por sí solas marquen la diferencia. Por eso, la vuelta asoma muy tensa en el Meazza.
Fuente: Olé
