Sin el rosarino, el equipo obtuvo el 33 por ciento de los puntos disputados.
La eliminatoria sigue dejando números rojos para la Argentina. Tiene 16 puntos y la mayoría los consiguió mientras Lionel Messi estuvo en la cancha, pese a que sólo jugó tres partidos de 10.
Nunca hubo dudas respecto del rendimiento del equipo con Messi y sin él. Pero las estadísticas dejaron al equipo expuesto como nunca antes. La selección se siente desnuda sin la protección del delantero de Barcelona. Los números son contundentes: sin el capitán en el equipo, la Argentina apenas ganó uno de siete partidos; con él, se llevó el triunfo las tres veces que jugó.
En el arranque de las eliminatorias, Messi faltó en los cuatro primeros partidos por estar lesionado. Y los resultados fueron magros: debut con derrota ante Ecuador en el Monumental (0-2), empate en Asunción contra Paraguay (0-0) y una mejoría en el clásico con Brasil, también en el Monumental (1-1). Recién en el cuarto partido llegó la primera victoria: fue el esperado 1-0 a Colombia en Barranquilla, con gol de Biglia.
Messi regresó contra Chile en Santiago: fue la gran figura del triunfo, un 2-1 que había empezado con un gol chileno. Entonces, la selección que todavía dirigía Tata Martino terminó esa doble fecha con un cómodo 2-0 a Bolivia, en Córdoba.
El hilo no se cortó ni siquiera con la renuncia del entrenador: ya con Edgardo Bauza, la Argentina le ganó 1-0 a Uruguay, en Mendoza, con Messi liderando al equipo y convirtiendo el gol del triunfo. Pero el capitán se lesionó y la selección empató dos partidos seguidos: 2-2 en Venezuela e idéntico resultado anoche ante Perú, en Lima. Y este 0-1 con Paraguay y en codición de local parece ser el golpe final.
Así, la conclusión numérica es elocuente: la Argentina obtuvo 9 puntos sobre 9 cuando jugó Messi y consiguió 7 sobre 21 posibles sin el capitán.
Con Messi: 100% de los puntos. Sin Messi, apenas un magro 33%.
De Messi, en esta noche amarga, sólo quedó un mensaje en Instagram alentando el equipo. En la foto que sacó en su casa, en Barcelona, se ve un televisor con la gráfica de los jugadores en ataque. Y, por supuesto, no se lo ve a él.