Los de negro emergen victoriosos tras un partidazo en el Stade de France. Ganan por 28 a 24 pese a haber sufrido dos tarjetas amarillas.
Lo consiguen gracias a su contundencia y a un nombre propio en defensa: Sam Kane, autor de 20 tackles. Irlanda, que propone un rugby colectivo, con jugadas de varias fases y protagonismo de todos sus hombres, no consigue el try en la última jugada (tras 37 fases) y por eso sucumbe ante los All Blacks.
La ola verde que copa las tribunas del coliseo parisino termina aplaudiendo a los suyos, pero verá lo que queda del Mundial por televisión. Los All Blacks se citan ahora con los Pumas.
El viernes, otra vez, en Stade de France. En juego habrá un pasaje a la final de la Copa del Mundo.
