River volvió a dejar una tibia imagen de juego y perdió 1-0 con Lanús, que no ganaba en el torneo desde hacía ocho fechas. A los de Gallardo les faltó peligro en ataque, fueron de mayor a menor y dejó crecer a su rival. Scocco se morfó un gol increíble y Pratto no la tocó. Silva hizo el gol del triunfo del Grana.
River engrana: por su tibio juego, por su falta de rebeldía, de peligro, de vértigo. Aunque arrancó tomando el protagonismo y moviendo la pelota con paciencia, un contragolpe de Lanús, un remate del Laucha Acosta que derivó en un rebote de Armani que aprovechó Silva significó el 1-0 que terminó desanimando y desarmando al equipo de Gallardo, que quedó a 19 puntos de Boca, el líder del torneo. El Grana, en cambio, logró cortar una sequía de ocho sin triunfos en el torneo. Aire para Carboni…
No logra remontar River. No puede sostener el nivel, ni los momentos. Ese grito de Silva lo desarticuló. No hubo sociedades, Scocco, que venía de hacer un gol messiano, se morfó uno de no creer. Pratto, prácticamente, no la tocó. Ponzio le ponía un poco de claridad al mediocampo, pero insuficiente para lo que necesita el equipo en ataque (Leo había sido el que lo dejó solito a Nacho en la más clara del Millo).
De a poquito Lanús le fue tomando el tiempo al partido y al rival. Con Marcone como faro de la mitad, con el Laucha Acosta a pura explosión y el chico Lodico aportando su desequilibrio, al Grana no le hizo falta ningún VAR para volver a ganarle a River en el Sur. Lo expuso, dejó sus debilidades al descubierto y le dejó mucha tarea al Muñeco para la semana.
El ingreso de Mora fue aire fresco para la ofensiva y el uruguayo estuvo cerca del empate. Pero no alcanzó ni siquiera para eso. Porque estuvieron muy firmes los centrales Thaller y Ortiz.
Alivio para Carboni, lo opuesto a la preocupación con la que habrá quedado el Muñeco.
Fuente: Olé
