En una noche histórica de Avalos, que clavó tricota, Patronato le ganó 3-1 al equipo de Gallardo y le propinó una nueva derrota en el Monumental. Un arranque de año para el olvido y la Superliga, cada vez más lejos.
Luego del inolvidable final del 2018, River sigue con la mandíbula floja y Patronato, que está en zona de descenso, le metió otro piñazo histórico en el Monumental. A pesar de que Gallardo rotó a casi todo el equipo y apostó a la frescura de los juveniles, los horrores defensivos, más la falta de creatividad y liderazgo en ataque decantaron en un doloroso 3-1, con triplete de Gabriel Avalos, y en la tercera derrota al hilo como local en este arranque de año para el olvido.
Después de unos pocos primeros minutos de movilidad que ilusionaron con ver a otro River, los hombres del Millo empezaron a regalar pelotas insólitas en la mitad de la cancha y lo pagaron muy caro. El primero fue de Palacios, con complicidad de Zuculini, y Avalos arrancó su noche soñada picando a espaldas de los centrales para definir cruzado cara a cara con Lux.
No escarmentó River, que siguió perdido, como si la fiesta del campeón (y la partida del Pity Martínez, claro) les hubiera chupado la actitud y el fútbol. Intentó una tibia reacción con un De La Cruz que sigue sin convencer, reclamó un penal por mano de Sandoná que Vigliano no le dio y volvió a caer en la misma trampa: regalito insólito de Mayada en otra salida, centro al área de Patronato y entrada en solitario de Avalos para cabecear el 2-0.
La zaga, con el estreno de Robert Rojas (ganó dos veces en el área rival pero no estuvo bien en la propia) y Sibille nuevamente, hizo agua por todos lados. Gallardo intentó corregirlo con un experimento: ingresó Ponzio, que hasta acá no tenía minutos en el año, de último hombre y sacó los dos laterales para formar una línea de tres, con Picazzo sumado al ataque. Pero nada cambió.
Lux se encontró con lo que era el tercero tras una nueva desatención y, dos jugadas más tarde, Avalos, en estado de gracia, encaró y la picó para el tercero. Los pibes empujaron como pudieron y Ferreira descontó con un golazo que sirvió para alimentar una esperanza vaga.
Desesperado en busca de otro tanto, Lux salvó mano a mano el cuarto y, sobre el final, a Borré le anularon (gran acierto del línea) lo que era el segundo. Desangelado anda River, con una imagen muy distinta a la que dejó en la última Libertadores y parece no tocar fondo.
En la semana visitará a Godoy Cruz en otro de los postergados, con los regresos de los titulares y, quizás, la presentación de Matías Suárez. ¿Podrá levantar cabeza?
Fuente: Olé
