Es la NBA del rugby. Un deporte totalmente distinto al que se está viendo, por ejemplo, en el Seis Naciones. Acá se juega a otra cosa. Se juega a jugar. La guinda va y viene, el offload (pasar la pelota con la marca del rival y ganando la línea de la ventaja) es religión y los tries vienen de a montones. Es el Super Rugby, sin nada más que agregar, con el nombre justo para el torneo de franquicias neozelandesas, sudafricanas y australianas, a las que este año se le suman una japonesa y la argentina. Los Jaguares están listos para debutar a un certamen de elite, para crecer y para creer.
El equipo nacional deberá estar listo para presentar batalla física y rugbística, de dinámica pura. Por ende, hasta hacer pie, también deberá estar dispuesto a soportar goleadas, tries y resultados dolorosos. Reponerse y seguir. Continuar aprendiendo y evolucionando. De eso se trata. De lo que ya vimos con Los Pumas en el Mundial: jugar. El plan de juego está claro, sólo hay que aceitarlo e ir corrigiendo detalles al andar. Los nombres también sobran: el plantel es un lujo, sin nada que envidiarle a las potencias del Sur.
El primer paso será el 26 de febrero frente a los Cheetahs en Bloemfontein, a varios kilómetros de Buenos Aires. Pero los amantes de este deporte no sólo están esperando ver de cerca a los rivales del Championship, sino que también vendrán a Argentina los Chiefs, Stormers, Kings, Sharks, Bulls, Higlanders (últimos campeones) y Lions. Y si los Jaguares se meten en los playoff, hay más. ¿Por qué no soñar?
Volviendo a las distancias entre este rugby súper y el amarrete de Europa, los números dejan de ser fríos para presentar una realidad. Por ejemplo, la final del Super Rugby 2015, en la que Higlanders venció a Hurricanes, tuvo 46 offloads y en los seis partidos que van del Seis Naciones se realizaron 58… Además, aquella definición del torneo de franquicias tuvo 1.145 metros con la pelota en mano y 27 clean breaks (para sumar un concepto top del Mundial, que sería romper la línea defensiva y avanzar en velocidad). Ningún partido del torneo europeo superó esos números: por citar, Escocia-Inglaterra no llegó a los 600 metros y Francia-Irlanda cerró el partido con cuatro cortes. Bodrios. A eso no jugarán los Jaguares. Será rugby y show time.