Manu Ginóbili sigue explotando la fuente de la eterna juventud instalada en el vestuario de los Spurs y ante los Blazers volvió a agrandar su leyenda con otra actuación para la historia.
Ginóbili logró su mejor marca en puntos en lo que va de temporada sólo un partido después de haber mejorado la que había conseguido. El argentino logró 26 tantos, superando los 21 que sumó en su partido anterior, el viernes, que era la mejor cifra que había logrado en la competición.
Sólo dos jugadores en la historia de la NBA han anotado más puntos con más de 40 años. Sus nombres: Michael Jordan y Kareem Abdul-Jabbar.
Ginóbili se convirtió en el primer jugador de al menos 40 años de edad en anotar al menos 15 puntos en partidos consecutivos desde que Michael Jordan lo logró en la temporada 2002-2003.
Ginóbili jugó 27 minutos, encestó 9 de 16 tiros de campo, 6 de 9 triples y 2 de 3 desde la línea de personal, logró cuatro rebotes y entregó dos asistencias.
El escolta argentino unió su nombre a los de históricos como Jabbar, Jordan y Robert Parish como los cuatro únicos jugadores en anotar al menos 20 puntos en dos partidos consecutivos con 40 años.
Además, el de Bahía Blanca se convirtió en el primer jugador en la historia en firmar dos partidos consecutivos con más de 20 puntos saliendo desde el banquillo con 40 años.
Para Ginóbili sus seis triples también son su mejor registro en lo que va de competición, superando los tres del viernes, que era su mejor marca previa en ese apartado.
Ya no sorprende ver a Manu Ginóbili en lo más alto de las estadísticas de los Spurs, en una temporada que lo tiene como gran protagonista de la NBA. El bahiense clavó 26 puntos (3-7 en dobles, 6-9 en triples y 2-3 en libres), cuatro rebotes, dos asistencias, un robo y dos tapones en 27 minutos, para transformarse en el primer jugador que, con 40 años o más, convierte esas unidades y esos triples. Un crack. LaMarcus Aldridge (30 tantos y 14 tableros) y CJ McCollum (25) lideraron en anotación a los dos equipos en el 111-110 de Portland sobre los Spurs, en Oregon.
No es casualidad el ver que Manu convierta muchos puntos cuando los texanos lo necesitan. Anoche, sin Tony Parker, Rudy Gay y Kawhi Leonard (este último se acaba de desgarrar un músculo del hombro izquierdo y es baja por tiempo indefinido), dio otro recital.
Lúcido, con gran prestancia en el control del ritmo, aprovechó para hacerse un hueco entre la defensa de los Blazers en dos oportunidades y dejó dos bandejas a aro pasado de las que nos tuvo acostumbrados durante los primeros años en la liga.
Para el segundo tiempo parecía que las cosas habían cambiado. Un triple por aquí, un libre por allá, alguna falta no cobrada y buenos pases, pero se notaba en su cara que quería más. ¡Y llegó!
Como si de un fantasma se tratase, en su último ingreso a la cancha (jugó hasta el final) mostró todo su repertorio. Triples casi seguidos, con paso de retirada o después de una asistencia de Patty Mills, mucho movimiento de la bola y se asomaba el triunfo, pero algo falló. Anoche, pese a meter 30 puntos, el yerro vino de Aldridge, pecando de individualista cuando estaba triplicado en la marca.
¿Podemos culparlo? No, claro que no, si te salva partidos y, en otros, puede errar. Si bien en la pelota decisiva lo que tiró no fue un lanzamiento ganador (piedrazo, pizza, ponele el nombre que quieras), fue la decisión de Gregg Popovich la que puso el destino del juego en manos de uno de sus jugadores franquicia.
Luego de meter 20 tantos o más en dos partidos consecutivos por primera vez desde marzo de 2014, quizás esta noche Manu no esté disponible para el siguiente partido, aunque recién se conocerá sobre el mediodía de hoy. Juegue o no, desde las 23.55, San Antonio volverá a jugar como visitante, esta vez ante Sacramento.
Fuente: Marca