Una gran noche de fútbol se vivió este miércoles en el Gigante de Pueblo Diamante, pero no solo fue fútbol, hubo en las tribunas y en el campo de juego, cosas que llamaron la atención, desde curiosidades del partido, hasta pérdida de sonrisas y las queremos compartir con ustedes.
Fiesta de color en la tribunas
Cuando ingresó el Globito al campo de juego en las tribunas se vivieron momentos como hace mucho tiempo no se veía. Bengalas de color azul y amarillo, pirotencia que se conjugaba con el humo de las bengalas, globos y los gritos de sus hinchas desde el corazón, pusieron la piel de gallina a más de uno.
El árbitro al lado
El riocuartense Matías Ramos, árbitro del encuentro y de solo 35 años, estuvo siempre pendiente de cada jugada y siguió de muy cerca todo…tan de cerca que a los 26′ del segundo tiempo y con todo Huracán encima del área rival, perdió de vista la pelota y el córner le pegó a él.
Los DT vs. sus jugadores
Habían pasado 20′ del primer tiempo y se escuchó una pequeña discusión entre el DT Alejandro Schiapparelli y Balmaceda, el primero se dio vuelta y muy claro dijo «Yo te voy a enseñar que te hagas el malo». Minutos después la guerra «Fría» pasó al otro banco, Sergio Busciglio no pudo ocultar su bronca con Alaniz, por cuestiones del partido, ambos entrenadores amenazaron con el cambio, pero ganó la prudencia y los dos jugadores continuaron en cancha.
El mejor marco de público de todo el torneo
Según fuentes oficiales, las personas que pagaron su entrada fueron 2200. Al parecer el Gigante tenía algo más de gente, siendo un mal calculador, creo que tres mil personas había. Pero claro, hay que sumar prensa, invitados, familiares, y amigos que suman en cantidad, pero no en pesos.
Una carcajada peligrosa
En la platea, un árbitro muy conocido, sufrió el ataque de una dentadura voladora. Así es, la euforia por el gol de penal del «Cheka» Hernández, que terminó por darle la clasificación a Huracán, hizo que un plateista perdiera el comedor y saliera despedido hasta golpear el brazo del conocido árbitro, quien terminó ayudando a buscar tan preciado elemento, al pobre hincha que no pudo contener su euforia.