En este Super Rugby, a diferencia de lo que se puede ver en los otros torneos (caso el Seis Naciones), se prioriza el ataque por sobre la defensa. Y si se enfrentan dos equipos que tienen estilos similares en cuanto a la idea de juego, sale un partido electrizante como en los primeros minutos de la etapa inicial. Palo a palo, corrida a corrida y… error a error, pero más del lado de Jaguares, que quizá se merecieron un poco más en esos 40 pero no concretaron. Un knock on de De la Fuente, un par de malos pases -a una mano- de Creevy, una equivocación en la salida conspiraron en contra. Porque evitaron que prosperaran los ataques (el de De la Fuente era try) y porque permitieron tries en contra. El primero de McNicol llegó por una falta de entendimiento entre Petti y Cordero en una recepción de salida. El de McKenzie, luego de un line robado por los neocelandeses.
A diferencia de lo que se ve en el entrenamiento y busca la franquicia nacional, lo mejor resultó el juego agrupado de forwards. Tas un maul llegó el try de Creevy y luego de un scrum (totalmente dominante), el árbitro cobró penal y Sánchez la metió para el 11-13. El goleador del Mundial volvió a embocarla y el PT se cerró 14-13.
En el ST el dominio arrancó para el lado de los Chiefs, quienes se equivocaban menos en el traslado que los argentinos. ¡Lo que cuesta recuperar una pelota en este rugby! Si no es por un error del portador, se complica. En ese sentido, los visitantes fueron más prolijos en el traslado. Así nació el try de Ngatai, por una pelota que capturó Jaguares en campo propio y Cordero la devolvió con el pie, la contra fue letal y el centro terminó aterrizando en el ingoal. El 14-23 a los 65′ salía bastante caro.
Sin embargo, los forwards volvieron a aparecer y, al ritmo de la mascota, la gente (18.200 personas en el Amalfitani) también. «Jaguares ponga huevo» o «Vamos los Jaguares que esta noche tenemos que ganar» eran los hits. Entonces, de un scrum se ganó la pelota y, a lo guapo, tras arremeter contra el ingoal varias veces, llegó el try de Landajo. Al minuto, después de la salida, la agarró Cordero, se produjo el pasamanos que llego hasta Isa, y el santiagueño corrió como 4×4 para aplastar al primer rival que se le cruzo; después se la pasó a Moroni, quien como en el Mundial contra Irlanda corrió hasta el ingoal pero esta vez filtrándose entre varios adversarios. El try llegó con más fuegos artificiales, música y éxtasis en las tribunas.
Quedaba poco, nada. Atacaba Chiefs y Jaguares recuperó la bola, pero como en aquella jugada de Cordero despejando, esta vez fue Tuculet el que mandó el pelotazo al otro campo. Error fatal. Una nueva contra perfecta derivó en el try de Weber. Sin tiempo para buscar la réplica, llegó el final. El partido se había escapado por poquito. Hasta la mascota se fue triste de Liniers…
Fuente: Olé.com.ar