Uno de los referentes del Tenis en San Rafael, sin lugar a dudas es José Luis «Jota» Rodríguez, querido por los chicos, y un padre más para ellos, cada vez que les toca salir a jugar algún torneo. Desde hace 4 años es el capitán del equipo mendocino de los Juegos Binacionales, en los cuales logró dos títulos, un laburante del tenis y un gran tipo en la vida, charló con Toquedeportivo.com, entrá y conocelo un poco más.
-¿A qué edad comenzaste con el tenis?
– A los 14 años tuve que dejar la escuela por algunos problemas económicos, en ese momento mi papa tenía una rotisería, después en el Tenis Club tuvo la cantina entre los 2 y 12 años míos. Bueno, como te decía hacía falta dinero y mi viejo se fue a trabajar a una empresa petrolera y yo entré en un aserradero. El «Coneja» Roldán, que lo conocí en el club, él era el profesor de tenis, me cuenta que tiene un problema físico y necesitaba alguien que peloteara a los alumnos mientras el los corregía. Así empecé con él, me fue acomodando no solo en aprender un oficio, también fue mi soporte en muchas cosas de la vida.
¿Y ya no largaste más?
-No, a los 16 años empecé a dar clases con el «Coneja», yo había dejado la escuela como te conté, y un día, ya tenía 18 años, me apareció con un papel a fines de febrero y me dijo, la semana que viene empezás la escuela y la terminas. Así fui al comercial nocturno y lo terminé motivado y empujado por él.
-¿Cómo continúo la historia?
-Terminé la secundaria y decido ir a estudiar a Mendoza, en ese lapso el «Coneja» deja el Tenis Club y comienza con el Rancho de Tenis. Estando en Mendoza decido un día volverme, no pude terminar la carrera y decidí pegar la vuelta y empezar a trabajar. Si dijera que deje por problemas económicos sería una excusa, muchos han hecho las carreras con sacrificio y laburando, en realidad pasó más por no ser una carga para mis padres. Volví y comencé a trabajar con Jesús Lascar y allá me va a buscar nuevamente el coneja y ahí comienzo a trabajar con Gustavo Juri y Diego Forcada, desde el año 96 hasta la fecha.
-¿Qué trío, más de 20 años de tenis en el San Rafael Tenis Club?
Sí, comenzamos a buscar cantidad de chicos, pero con la idea de trabajar con algunos talentos en potencia para competir. En ese tiempo también trabajé en un hotel, con otro de los pilares de mi vida, Sergio Maure con el cual hoy tengo una linda amistad. En ese momento solo entrenaba a Yasin Sama y Rodrigo Gómez.
-¿Cómo llegás a la selección mendocina para los Binacionales?
–Hace cuatro años me piden ser capitán de los Juegos Binacionales, y lo acepté por lo que significa representar a Mendoza y que no sea alguién de capital, que por lo general se elige alguien de allá. Cuando llegué, en ese año fuimos a San Luis y quedamos cuartos, viendo el ranking de los chicos podríamos haber quedado más arriba. Al volver le dije al presidente de la Asociación y a Sergio Marchi que Mendoza tenía que pelear por las medallas, no solo ir a competir. Así, en el segundo año logramos salir campeones en Valparaiso, en Mendoza quedamos terceros y este año, también logramos el título con una gran actuación de los chicos.
-¿Quién elije a los jugadores?
Los jugadores se eligen por ranking, el de la AAT y se toma hasta una fecha determinada en ese lapso tienen que participar en los torneos nacionales.
-¿Y el cargo lo mantenés desde hace 4 años?
Sí, cada vez que volvíamos de los juegos les decía al presidente en ese momento, Gustavo Salatino y ahora Marcelo Locamuz, que si querían buscaran a otro profe así otro profesor tenía el honor de representar a Mendoza y a su país como capitán del equipo, pero me fueron confirmando año a año. Y no es por hacerme el humilde, simplemente es para que otra persona pueda disfrutar de una experiencia incomparable.
¿Más allá de lo deportivo que te deja este honor de ser capitán de la provincia?
Son tres jugadores y un capitán por equipo, cuatro provincias argentinas y cuatro regiones de Chile, donde son citados los mejores de cada lugar. Los lazos de amistad que se hacen son increíbles, tanto como que en febrero, voy al casamiento de Jean Paul Monzón Salinas, profesor de la región Metropolitana de Chile.
-¿San Rafael tuvo varios tenistas que pudieron llegar, cuál estuvo más cerca?
Son varios, cada uno tuvo alguna particularidad, sería injusto con alguno, pero Marcos Conocente fue uno de los que más cerca estuvo de llegar, fue 559 del ranking mundial pero te repito sería injusto y no quiero. Yasin Sama, es otro que estuvo cerca. Normalmente si tenés fenómenos, los chicos antes de los 16 años, van a descollar. Estos chicos estaban en la media normal del tenis argentino o latinoamericano, que quiero decir con esto, que no llegan a los 16 o 17 años, sino recién después de los 20.
-¿Es tan difícil llegar a codearte con la elite del tenis mundial?
Es muy largo el camino, tenés 10 años de desarrollo de los 8 a los 18, y recién ahí comienza la competencia de verdad. Uno se ilusiona mucho cuando los ve conseguir resultados en menores y juveniles pero son muchos factores los que influyen en el éxito, en el llegar a las grandes ligas. En algunos casos es indisciplina, en la mayoría es el dinero. Pero tiene que ir acompañado de orden, disciplina, conducta y hasta te diría que algunos la tenían, pero no acompañaron los resultados, esos que te abren puertas, por ejemplo un sorteo o una invitación a un torneo en lugar de pelearla desde abajo.
-¿En la actualidad hay dos jugadores que se destacan por sobre el resto?
Sí, hoy los dos más destacados son Farid Juri y Julián Giménez, viéndolos desde afuera los dos tienen un gran potencial, son totalmente distintos uno es más técnico y el otro es más físico. Son chicos que están en la media de la que hablamos recién, van a tener que buscar caminos alternativos. Julián se ha ido a Buenos Aires, Farid está viendo la posibilidad de una beca por Estados Unidos, porque el dinero manda y la realidad que tenemos, dice que hay que buscar variantes. Solo el tiempo nos sacará la duda, el que tengan todos los atributos no significa que van a llegar, pero el potencial lo tienen.
-¿Cómo ves el presente argentino en la Copa Davis?
Lo mejor que tenemos es el equipo, lograron formar un gran grupo de trabajo en todas las áreas, hasta tienen una persona que es Bautista Segonds presidente de rugby sin fronteras, que está en la parte motivacional e inculcó valores desde su llegada, que parecen simples pero son parte del crecimiento personal. Desde la llegada de Daniel (Orsanic) a la capitanía, he visto una bajada de línea de equipo, de perfiles bajos, y esa es la forma de trabajar, en equipo.
-¿Qué es el tenis para el «Jota»?
Pasión y alegría, es egoísta pero quisiera que dure mucho. Nosotros hablamos o difundimos los resultados de los chicos que compiten, pero nos sentimos mucho más profesores con los chicos que no compiten y que siguen yendo a clases sin obtener trofeos. Es muy importante para nosotros contener a chicos, que solo van por el placer de tomar la clase.
-¿Bueno y hasta cuando con una raqueta en la mano enseñando?
Llevo 25 años desde que empecé ayudando al coneja y hasta que el corazón y el cuerpo lo diga, seguiré así, soy muy feliz dentro de una cancha de tenis. Cuando trabajaba en el Hotel, me di cuenta que el tenis me hacía feliz y lo hable en familia con mis esposa Yudit y con mis hijos Martín y Rocío, ellos me apoyaron para que me dedicara a esto. Yo hago 24 o 25 viajes al año, y ahora mis hijos están grandes pero en su momento mi señora tenía que hacerse cargo de ellos para todo.
-¿Imagino que tendrás agradecimientos antes de despedirnos?
Quisiera primero agradecer a mis padres que me dieron las raíces y la libertad, después a mis mentores, los que ayudaron a mi formación, el «Coneja» Roldan y Sergio Maure, a toda la comisión actual del San Rafael Tenis Club que fue con los que yo crecí, cuando éramos chicos veníamos y disfrutábamos del club, a la Federación Mendocina que me dio la posibilidad de ser el capitán del equipo en los Juegos Binacionales y a mi familia, con la intensidad que puedo hacer esto es gracias a ellos.
Nació y creció prácticamente en el San Rafael Tenis Club, picó ladrillos para las canchas del Rancho de Tenis, del querido «Coneja» Roldán, hoy después de 25 años, sigue dedicando muchas hora de su vida a los chicos que quieren crecer en el tenis, como jugador de fútbol era de tirarla a la tribuna, jugando al hockey no tuve la suerte de verlo, pero tampoco tiraba magia, ahora con una raqueta y una pelotita de tenis, su luz ilumina a cientos de chicos, que lo adoptan como un padre y él, con el corazón en la mano los hace felices, dentro y fuera de la cancha.
Por Fabián Segura/Toquedeportivo
Fotos: Quique de Benito