Rubén Rojas, tiene 28 años, la edad ideal para un deportista, comenzó de grande, aunque lleva 11 años pedaleando y hace algunos que lo descubrieron como escalador, dejó un par de años y volvió con más ganas a conquistar su sueño. Ahora un «Cóndor» lo necesita, su entrenador nacional Omar Contreras. El sanrafaelino citado a la selección nacional, previo a la Vuelta Internacional de San Juan, charló con Toquedeportivo.com y nos contó sus ilusiones ante esta gran experiencia internacional.
-¿Qué manera de arrancar el año Rubén?
-Sí, este año mi proceso de preparación estaba enfocado en realizar una buena Vuelta de Mendoza. Hace un mes atrás me dijeron que podía integrar la selección argentina en la Vuelta de San Juan, aunque tenían que darse algunos factores. Principalmente definir el objetivo de la selección, si buscan la general por equipos, o el mejor argentino, o ganar algunas etapas. De acuerdo al objetivo es la clase de corredores convocados, este año la idea es tratar de sumar en la general por equipos, son los tres mejores tiempos de los corredores de cada equipo. Como hay dos metas de montaña, es allí donde logro entrar. El sábado pasado me hicieron oficial la convocatoria.
-¿Cuál fue tu primera sensación ante tamaña noticia?
-Creo que a cualquier deportista lo llena de alegría ser convocado para defender la camiseta de su país, es un sueño cumplido, y lo voy a llevar el resto de mi vida. Tiene una motivación especial, más aún en la carrera para la que fui convocado, en estos momentos la Vuelta de San Juan es la más importante de Sudamérica, y lejos la más importante del país. El saber que voy na correr al lado de nuestros ídolos como en mi caso Vincenzo Nibali, compartir el pelotón con ellos es algo increíble.
-¿En qué momento te llega esta citación?
-La cabeza juega un rol fundamental en el deporte. Es una motivación especial, cuando llevamos muchos meses de entrenamiento uno está cansado y estas noticias te sacan el cansancio mental y aparece energía en el cuerpo que te ayuda a terminar la preparación y uno nunca sabe que puede pasar, esto es una gran puerta que se abre. Siempre hay que luchar, ser persistente, si uno se esfuerza y hace las cosas con responsabilidad todo llega.
-¿Los mejores van a estar en esta carrera?
-Sí, son siete equipos del Word Tour, que participan del Giro de Italia, Francia, Viene Gaviria con su equipo, Movistar y lo mejor del ciclismo mundial, son todos profesionales, solo lo hemos visto por tele, es la elite del mundo. Además de todas las selecciones de los países de Sudamérica. Con estas condiciones es muy difícil la participación de un Argentino en este tipo de carreras, por eso lo hace tan especial para mí.
-¿En algún momento se quebró tu pasión por el ciclismo?
-Si, como te decía, dejé un par de años porque la bici es muy linda pero no te da de comer y decidí ponerme a trabajar. Es un deporte complicado de sostener, muy caro y tiene poca retribución. Gracias a Dios hoy estoy en el equipo de Madereras López que la verdad se pasan.
-¿Siempre pensaste que ibas a ser ciclista?
-No, desde muy chico me gustaron todos los deportes, jugué al básquet, al rugby, al fútbol, patiné y jugué al hockey, Pero el ciclismo me llegó en un momento importante de mi vida y se convirtió en un vicio. Por más amateur que uno sea, el ciclismo siempre te va a mostrar un avance en tu desarrollo.
-¿Quién fue un poco el culpable de este presente?
-El primero que me llevó a ver carreras es mi cuñado, Martín Ogas, en ese tiempo era compañero de mi papá en el trabajo. Él estaba haciendo la pista con el equipo de Mauricio Rodríguez y ahí me fui metiendo con el ciclismo. Además el padre de mi mejor amigo, Felipe Troyano, competía y cuando se enteró que estaba pedaleando me empezó a llevar a la peña ciclista de la LV4 y ahí comencé con los veteranos. Hoy todos me cargan porque yo era bien gordito. Felipe me ayudó, me regaló una bicicleta.
-¿Si no hubieras sido ciclista, que deporte hubieras practicado?
-La verdad que el hockey me atraía mucho. Llegué a jugar de muy chico en la primera de Colegio del Carmen. Mi entrenador terminó siendo mi compañero de equipo en primera. Mis hermanos me lo planteaban, por qué no seguí, era bueno, en realidad me destaco por mi perseverancia, soy aguerrido.
-¿Pasaste por varios equipos, todos te dejaron algo?
-Sí, es verdad he pasado por varios equipos y he tenido varios entrenadores, todos me dejaron algo, algunos me dejaron más otros menos.
-¿Hoy sos un escalador destacado, pero cuando arrancaste solo querías ganar imagino?
-En realidad cuando comenzás depende de cada uno. Algunos quieren ser Sprinter, porque les gusta llegar primero, pero también va en las condiciones de cada uno. Cuando empecé no encontraba una cualidad en la que me destacara, trataba de llegar. Cuando dejé de competir, al volver lo traté de hacer de forma más amateur, ahí comienzo con Ignacio Gilli y se da la posibilidad de volver a correr en ruta. En ese momento nuestro candidato era Catriel Soto para competir en la Vuelta de Mendoza e Ignacio me empezó a preparar con los mismos trabajos que hacía para Mountain Bike. El método de entrenamiento es trabajar siempre en subida, es cuando el cuerpo más se exige y así comencé a ir a la Cuesta y eso me ayudó mucho, me fortaleció.
-¿Y en una carrera, cuando te diste cuenta que podías destacarte en donde la mayoría decae?
-Yo había pasado al C.E.C. y en el primer año que corrí con ellos la Vuelta de Mendoza, tuve un gran desempeño en la etapa del Cristo Redentor, quedé 13°. Ahí tuve mi primera señal de escalador. Al otro año seguí entrenando de la misma manera, al dedicarle más tiempo comencé a mejorar y al año siguiente también con el C.E.C., tuve mi primer sobresaliente en la montaña. Logré los podios en la Vuelta de Mendoza, un tercer puesto en el Cristo Redentor, que es una de las carreras más duras de Sudamérica por la altura, terminamos a 4200 metros de altura y bueno ahí fue cuando se me comenzó a catalogar como escalador. A partir de ese momento en cada carrera que hay en subida, trato de ser protagonista.
-¿Es ingrato a veces el ciclismo, todos trabajan solo para uno, pero te enseña a trabajar en y para un equipo?
-Sí, lo primero es que todos tenemos claro que trabajamos para un equipo, si no trabajamos para ese uno, es imposible que esa persona llegue. Uno cuando logra ganar, lo primero que hace es agradecer a sus compañeros.
-¿Cómo se elige ese compañero, para el que todos trabajan en una competencia?
– Se busca en un principio las cualidades de cada uno, de todos los que forman el equipo, quizás uno tiene la suerte de subir un poco más, entonces sabemos que esa persona en momentos críticos, queda con un resto físico para subir, como en carreras de llano o semi subida, cada persona tiene un trabajo a realizar. Así planificamos las carreras y armamos un cronograma donde cada integrante tenga su momento, así el equipo se une. Todos me inculcan que tengo que ser protagonista en la Vuelta de Mendoza y van a trabajar para eso, así yo el resto del año retribuyo ese gesto del equipo. Cada carrera además, se planifica para el que mejor está en ese momento.
-¿Conocés a tus compañeros de selección?
-Si, por suerte conozco a dos, uno de ellos es Alejandro Duran, compañero mío en el C.E.C. y gran amigo, otro es Rubén Ramos compañero el año pasado en la Vuelta de Mendoza, viene de hacer una temporada en un equipo Continental en Rumania.
-¿Esto te desenfoca de tu objetivo (Vuelta de Mendoza) antes de la citación o te ayuda?
-A veces la competencia, más este tipo de competencia te ayuda para el objetivo final, que en este caso, más allá de hacer un buen papel con la selección, es la Vuelta de Mendoza. Si yo tengo un buen desempeño en ambas competencias, seguramente tengo posibilidades de una nueva citación.
-¿Cuál ha sido el logro más importante de Rubén Rojas en el ciclismo?
-Soy muy pasional y me gusta mucho la etapa del Cristo Redentor, tuve la suerte de ser segundo y en algún momento me gustaría ser primero, es una carrera muy dura, todos los corredores sufren con ella y yo la disfruto mucho. Pero mi mayor logro es el tercer puesto en la general de esta Vuelta en el 2015.
-¿Que sería un buen desempeño en San Juan?
– Es muy difícil decir voy a pelear arriba por el nivel de corredores, pero en mi mente está el objetivo de en las dos etapas de montaña que tiene la carrera, un logro muy significativo sería estar entre los 10 primeros, estar entre los 20 ya es bueno pero voy a pelear por quedar en los 10. Sería también una vidriera para todos los corredores.
-¿Para el final, tendrás agradecimientos no?
-Sí, seguro, más allá de los sponsors, también hay amigos como los padres de mis compañeros, Oscar Aliga, Jorge González, Javier Pérez, que hacen una gran trabajo por nosotros, a Dardo Ochoa que siempre ayuda y es un pilar fundamental, los mecánicos que dejan horas de su vida, Daniel Velázquez, un gran amigo que viaja todos los domingos, a Emiliano Robeta que nos ayuda con la nutrición y la dieta, Diego Chirino, que nos cocina, lava, junto a Fernando Díaz. A Omar Contreras que es nuestro guía y más ahora que lo tengo como entrenador y me está ayudando mucho, a mi mamá, mis hermanos, mi novia. Hay mucha gente involucrada en esto aunque los que salgamos en las noticias somos los ciclistas.
-¿Ahora sí, el final cuál es el sueño de Rubén Rojas?
-Mi sueño es ganar la Vuelta de Mendoza, pero el techo es cada vez más alto, si hoy se me abren las puertas de la selección y todo va bien, sería un gran sueño correr en el exterior, ser parte de un equipo profesional y poder correr un Giro de Italia.
Quiere tener su propio apodo, el «Cóndor» lo tiene claro, es exclusivo, el «Cóndor» es Enrique Contreras (Papá de Omar), es pasional, sus ídolos y referentes son Omar, su técnico en la selección, y Emilio Carricondo, alguien que lo ayudó mucho en su carrera, un agradecido a la vida, perdió a su papá de muy joven, esto lo marcó, pero junto a su madre y sus hermanos, escaló la complicada montaña de la vida, y llegó a este presente, en el que ahora escalar será su desafío, su sueño, la selección, San Juan y Mendoza lo esperan.